Desayuno con diamantes


Truman Capote llegó a pensar que era “una especie de estallido sexual de color platino”. Vamos, la actriz perfecta para hacer de protagonista en la adaptación de Desayuno en Tiffany’s. "El libro era bastante amargo y Holly Golighly era un personaje duro, para nada como Audrey Hepburn. Mi primera elección para interpretarla fue Marilyn Monroe. Me parecía perfecta para el papel. Holly debía tener un toque conmovedor, y Marilyn lo tenía. Pero los de la Paramount me engañaron y se lo dieron a Audrey."

La propia Audrey tampoco estaba convencida. "Leí el libro y me gustó mucho, pero me preocupaba no ser la persona adecuada para el papel. Me parecía que carecía del talante necesario para la comedia. Aquel papel requería un carácter extrovertido y yo soy introvertida."

Desde luego, resulta un poco extraño escuchar el acento sureño de Audrey Hepburn. La californiana Marilyn lo hubiera imitado mejor que la anglo-neerlandesa.

Por alguna razón, Desayuno con diamantes se ha convertido en la película que ha creado la imagen que tenemos de Audrey Hepburn: alocada, ingenua, bondadosa, vestida con los elegantes diseños de Givenchy. Marilyn hubiera hecho también una buena Holly Golighly (si obviamos que en el libro ésta era una adolescente), aunque al final la película hubiera sido algo así como La tentación vive arriba (en Desayuno, Holly vivía abajo) o Cómo casarse con un millonario.

Marilyn Monroe trató de que la vieran como una verdadera actriz. Iba acompañada casi siempre por su profesora de interpretación y rodar una escena le resultaba tan difícil como a Prosinečki dar un buen pase. El problema de Marilyn es que no aceptó ser Norma Jeane Mortenson y luego no aceptó ser Marilyn Monroe.

En fin, Audrey Hepburn le robó un película a Marilyn Monroe. ¿Qué hubiera sucedido si Marilyn Monroe le hubiera robado una película a Audrey Hepburn? ¿Qué película? ¿Historia de una monja? Sí, hubiera sido divertido: ¡Marilyn, monja! "Es ridículo pensar en una Marilyn Monroe virgen", escribió Cabrera Infante. ¿Y My Fair Lady? Marilyn habría sido una magnífica Eliza Doolittle, rubia, llena de curvas, sumamente ingenua. Marni Nixon se habría quedado sin trabajo. El problema es que Marilyn nunca hubiera podido protagonizar My Fair Lady.