Cromwell y Muhammad Ahmad

Oliver Cromwell (1599-1658) y Muhammad Ahmad (1844-1885)


Cromwell, puritano, líder de los parlamentarios, se empeñó en que Carlos I fuera ejecutado. Gobernó Inglaterra como un dictador por diez años y fue enterrado en Westminster. Cuando regresaron los Estuardos, el cuerpo de Cromwell fue desenterrado, conducido en cadenas al cadalso y ahorcado. Posteriormente se le cortó la cabeza que durante trescientos años pasó de mano en mano hasta acabar en el Sidney Sussex College, de Cambridge.

Muhammad Ahmad, el mahdi del Sudán, uno de ellos, se levantó contra los impíos dominadores egipcios en 1881. En 1885 ocupó Jartum, donde los británicos habían enviado a uno de sus más prestigiosos oficiales: Charles George Gordon. Murió de tifus a los pocos meses y fue enterrado en Omdurman. Dieciocho años después, Gran Bretaña decidió castigar la afrenta. Un numeroso ejército anglo-egipcio, armado con ametralladoras y cañones, derrotó a las milicias del califa del Sudán, armadas con arcos y flechas, espadas y palos. El cuerpo de Muhammad Ahmad fue mancillado y Kitchener, comandante británico, tuvo el mal gusto de utilizar su cráneo como pisapapeles.