Hitler y Franco



Desde luego, Franco y Hitler tenían pocas cosas en común. Como militares, uno no pasó de cabo porque sus superiores no le vieron mucha capacidad de mando, mientras que otro se convirtió en general de brigada a los 33 años merced a su baraka o a la mala puntería de los rifeños. Como políticos, todo resultó muy diferente: Hitler dio un golpe de Estado ridículamente organizado, pero después ganó las elecciones gracias a los efectos de la crisis económica y las suicidas medidas de Brüning; Franco, buscando la inmunidad parlamentaria, se presentó a las elecciones en 1933 por la circunscripción de Cuenca, pero no le votaron ni las golondrinas. Uno fue capaz de organizar un Estado totalitario; el otro no fue sino un dictadorzuelo cuyo anticomunismo le acabó ganando el asenso yanqui. Entonces, ¿qué tenían en común? En su veintena, ni Hitler ni Franco estuvieron nunca con una hetaira: uno nunca pisó un prostíbulo de campaña en Flandes; al otro nunca se le vio en los burdeles de Ceuta o Melilla.