Calle Calígula

Calle Calígula (El Ejido)

Todos sentimos un estremecimiento cuando leemos aquello que escribió Suetonio hace dos mil años: "Hasta aquí he hablado de un príncipe; ahora hablaré de un monstruo". No se puede negar que dentro de algunos gobernantes habita un monstruo. Julio César, por ejemplo, cometió un genocidio mientras conquistaba la Galia: varios millones de galos fueron masacrados, vendidos como esclavos. Los franceses actuales, empero, parecen no guardarle ningún rencor: si alguien tenía que conquistarles, mejor César que otro. En Hispania, el genocidio se alargó doscientos años: miles de iberos asesinados, pueblos saqueados y destruidos, una cultura totalmente aniquilada. En aquella época, todos esos crímenes estaban legitimados: Roma destruyó Cartago porque Cartago no pudo destruir Roma. Escipión, Mario, Catilina, César, no pedían merced ni la daban, y por encima de todo colocaban (casi siempre) las leyes de Roma.

Los crímenes de Calígula no se cometieron en ninguna guerra, salvo la que había emprendido contra todo el mundo. Sentía placer en matar por matar, en asesinar. Creía que la ley era él. Estaba loco. Casio Querea no asesinó a un emperador sino a un criminal. 

Hace unos años, visitando El Ejido, me sorprendí al encontrarme una calle de Calígula. Me indigné. Un amigo me dijo que la ciudad había crecido muy rápidamente y que todo un barrio tenía nombres de emperadores romanos. Vale, está bien, pero, ¿Calígula? Mi amigo me hizo notar que no era para tanto. Es una calle pequeña, me dijo.

Calle Calígula (Dos Hermanas)

Lo curioso es que en Dos Hermanas también hay una calle de Calígula. Y se empiezan debates interminables cuando se trata de bautizar vías con nombres de personajes contemporáneos. Desde luego, ninguno de ellos llegó a parecerse a Calígula. ¿Saben los alcaldes de El Ejido y Dos Hermanas quién fue ese monstruo?