El apellido Hitler


No parece que los italianos hayan condenado el apellido Mussolini. El Duce tuvo cinco hijos: Edda, Vittorio, Bruno, Romano y Anna Maria. Bruno murió en 1941 en un accidente de aviación. Vittorio vivió durante muchos años en Argentina (allí, la colonia italiana era numerosa y muchos fascistas habían sido acogidos por Perón con los brazos abiertos). Hace unos años, el nacimiento de Carlo, bisnieto de Vittorio, garantizaba la conservación del apellido Mussolini. Romano renunció rápidamente al seudónimo que adoptó después de la guerra y formó un grupo que, inequívocamente, se llamó Romano Mussolini All Stars: tocaban jazz. La hija de Romano, Alessandra Mussolini, es eurodiputada.

Mussolini es un apellido poco frecuente en Italia. En las Mappe dei Cognomi Italiani sólo se registran 24. Se cree que adoptaron este apellido los tejedores de muselina (mussola en italiano), un tela fina y transparente originaria de Mosul. La forma Mussolini es típica de la Romaña. Variantes son Musolini, Mussolino y Musolino.

Hitler, al parecer, no quiso tener hijos porque pensó que serían idiotas: mantenía la curiosa teoría, incoherente para un racista, de que la genialidad no se transmite a los descendientes. Veía a su padre como un ser obtuso y sospechaba que sus vástagos serían pusilánimes y estúpidos; se creía capaz de educar al pueblo alemán pero no a dos o tres hijos.

Algunos sostienen que en Alemania y Austria, después de la guerra, desapareció el apellido Hitler. En realidad, nunca fue demasiado frecuente. En Das Telefonbuch, hay 34 personas apellidadas Hüttler, cinco Hittler, dos Hiedler y un Hitler. Alois era el hijo natural de Anna Maria Schicklgruber y no fue legitimado hasta los 39 años. Se cree que el padre de Hitler se equivocó al registrar su apellido, pues su supuesto progenitor solía escribirlo como Hiedler; una hermanastra, más ilustrada, firmaba Hüttler. Probablemente, sucedía como en Hispanoamérica, donde Velázquez, Velásquez (la forma más habitual allí), Belásquez, Velasques y Belasques se pronuncian de la misma manera.

Alois Schicklgruber-Hitler tuvo dos hijos de su primer matrimonio, Alois y Angela, y seis de su segundo, aunque sólo dos llegaron a edad adulta: Adolf y Paula. Ésta, para no ser molestada, utilizaba el apellido Wolf, que era el nom de guerre de su hermano en los años 20, o más bien su nom d'hôtel: los hosteleros siempre le decían a Herr Hitler que acababan de ocupar la última habitación libre, pero Herr Wolf no tenía problemas en hacer la reserva.

Alois, hermanastro de Hitler, se casó en Alemania y emigró posteriormente a Reino Unido, donde formó una nueva familia. En los años 20 regresó a Alemania y fue condenado por bígamo. Usó el apellido Hiller después de la guerra. William Patrick Hitler, por recomendación especial del presidente Roosevelt, consiguió alistarse en la US Navy en 1944. Probablemente no sabía que su hermanastro alemán, Heinz, había muerto en Moscú en 1942. Los hijos ingleses de Alois adoptaron el apellido Stuart-Houston después de la guerra.

Hoy en día, Hitler es un apellido más común en Estados Unidos que en Alemania y Austria. Una turbamulta de granjeros Hitler emigró a las Trece Colonias en el siglo XVIII y se asentó en el valle del Ohio. Sus descendientes siguen llevando el apellido con orgullo o, más bien, recordando con orgullo que era el de una tatarabuela.

¿Y qué significa el apellido Hitler/Hittler/Hiedler/Hüttler? Ciertamente, su origen es bastante vulgar. Proviene de Hütte (Hittn en el dialecto austro-bávaro que hablaba Hitler), 'choza', 'cabaña', 'guarida'. ¿Quién no tiene un antepasado que haya vivido en una choza? Ahora se entiende mejor que el Führer, mortificado por su apellido, le dijera a Himmler que abandonara las excavaciones arqueológicas: sólo iba a descubrir que los antiguos germanos vivían en cabañas de barro, elaboraban una cerámica tosca y culturalmente no estaban mucho más avanzados que los apaches de Karl May.