James Stewart, como Ransom Stoddard



Anoche estaba tratando de leer en la cama. Algo interfería la señal de la emisora de música clásica, por lo que tuve que desenchufar el aparato. Me gusta tener la radio encendida porque así no escucho los ruidos que vienen de la calle: el infatigable murmullo de los aparatos de aire acondicionado de El Corte Inglés, las intempestivas sesiones de bricolaje del vecino de abajo, los gritos de los chiquillos, los acelerones de las motocicletas, las risas, los cuchicheos. Alguien había sacado al balcón el televisor y estaba viendo un Western: estas películas siempre tendrán su público. Por la ventana abierta, entraron las ardorosas exhortaciones del idealista Ransom Stoddard. "Todos los hombres han sido creados iguales. Mucha gente suele olvidar eso." Siempre me ha llamado la atención el papel que hacía James Stewart en El hombre que mató a Liberty Valance. Cuando llega por vez primera a Shinbone se supone que ronda los veinticinco años; cuando regresa a enterrar a Doniphon, alrededor de los setenta.

La edad real y la edad de la pantalla raramente coinciden. Los actores interpretan casi siempre a personajes más jóvenes, pero en El hombre que mató a Liberty Valance, me parece, John Ford abusó un poco. Cuando se estrenó , Stewart tenía cincuenta y cuatro años; John Wayne, cincuenta y cinco. La película habría sido más creíble si se hubiera rodado veinte años antes.



Curiosamente, unos años después se estrenó Un león en invierno, que narraba un encuentro de Enrique II con su esposa en 1183. El rey inglés tenía cincuenta años cuando se produjeron los acontecimientos relatados en el filme; Peter O’Toole, nacido en 1932, sólo alcanzaba los treinta y seis años cuando rodó la película, y dos de sus hijos fílmicos eran Anthony Hopkins, nacido en 1937, y Nigel Terry, nacido en 1945. Katherine Hepburn era una Leonor de Aquitanía pasional: la primera tenía cincuenta y un años en 1968; la segunda, unos sesenta en 1183.



En el caso de Anthony Hopkins, años después se produciría un hecho curioso. En 1991 se convirtió en el Hannibal Lecter de El silencio de los corderos. En 2001 se estrenó Hannibal, rodada diez años después que la anterior y cuya acción también transcurre diez años después. Sin embargo, en 2002 apareció Dragón Rojo, una precuela de El silencio de los corderos; una versión anterior, Manhunter, centrada en el investigador, no había tenido mucho éxito. En Dragón Rojo, once años posterior a la primera película, Hopkins tenía que interpretar a un Hannibal Lecter veinte años más joven. Anthony Heald, el inefable doctor Chilton, se encontró ante un reto parecido.