Juan Álvarez Mendizábal y Pascual Madoz |
"Vender la masa de bienes que han venido a ser propiedad del Estado, no es tan solo cumplir una promesa solemne y dar garantía positiva a la deuda nacional por medio de una amortización exactamente igual al producto de las ventas; es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública, vivificar una riqueza muerta, desobstruir los canales de la industria y de la circulación, crear nuevos y fuertes vínculos que liguen a ella; es, en fin, identificar con el trono excelso de Isabel II, símbolo de poder y de libertad." Muchos objetivos pretendía Mendizábal con la desarmortización de los bienes del clero regular. Cientos de miles de hectáreas, manzanas enteras fueron expropiadas y malvendería. En 1855, Madoz, otro ministro progresista, expropiaría y baratearía los bienes del clero secular. Edificios, objetos de arte, fincas, todo fue entregado a los amiguetes del Gobierno, que apenas se preocuparon por pagar.
La religión católica, empero, seguía siendo oficial. En 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede, que le devolvía los bienes del clero regular aún no desamortizados. También se establecían los medios de financiación del clero.
Al final, el mismo Estado que había expropiado los bienes de la Iglesia tuvo que pagar su sostenimiento. De manera directa, esta último año le ha entregado 13.266.216,12 euros al mes (BOE, 31 de diciembre de 2011). Algunos creen que la Iglesia recibe hasta 5.000 millones de euros al año. Desde luego, hubiera resultado más barato no arrebatarle sus bienes.