"Françaises, Français! Aidez-moi!" |
En 1958, como un Cincinato, De Gaulle fue llamado al poder. Los franceses esperaban que resolviera el problema de Argelia, donde el FLN se hacía cada vez más y más fuerte y exigía la independencia y la salida de los europeos de su país. El apartheid argelino no funcionaba. El general fundó una Quinta República, presidencialista, y solucionó el problema de Argelia de la mejor, de la única manera posible: repatriando a millones de pieds-noirs y concediendo la independencia. Algunos patriotas, los miembros del OAS, se sintieron defraudados: esa no era la Francia con la que soñaban. No habían caído en la cuenta de que para De Gaulle, durante varios años, Francia había sido una pequeña y fría habitación del Londres bombardeado: él sí que había conocido un país humillado.