Krk


Hay topónimos que por algún motivo u otro me llaman la atención. En España, por ejemplo, me gustan Torreblascopedro, Torrequebradilla, Torredonjimeno, Torreperogil, Sabiote, Villacarrillo, Villardompardo, Marmolejo, Pozo Alcón, Fuensanta de Martos, La Puerta de Segura, Hornos, Aldeaquemada. Por razones fonéticas, siempre me han atraído esas aldeas escandinavas llamadas Å o Aa. Las aventuras de Kurt Wallander se desarrollan en Ystad. ¿La Ciudad de Y? No, la Ciudad del Tejo.

Desde luego, uno de los topónimos más sugerentes es Krk: una ciudad y una isla croatas. El nombre parece sacado de Las cosmicómicas o de un cuento de Monzó. ¿Cómo demonios se pronuncia? En chacavo, un dialecto croata, la isla se llama Khark, palabra que al menos cuenta con una compasiva vocal. Al parecer, el nombre procede del latín Curicta (Kyrikon en griego). La isla fue veneciana durante siglos (Vegia), y después del huracán napoleónico, austriaca (Vegl). Cuando acabó la Gran Guerra, y pese a los empeños de D’Annunzio, pasó a formar parte del Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos. Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupada por Italia (Veglia), y retornó a Yugoslavia en 1945.

En Krk murió Tuone Udaina. ¿Quién fue este personaje? Es tan famoso como la córnica Dolly Pentreath (muerta en 1777), el manés Ned Maddrell (muerto en 1874), la ona Ángela Loij (muerta en 1974), la roncalesa Fidela Bernat (muerta en 1991) y la ainu Take Asai (muerta en 1994). Tuone Udaina fue el último hablante del dálmata. Murió en 1898 a causa de una bomba colocada por un Verloc local. El lingüista Matteo Bartoli, que estaba preparando una gramática y un vocabulario del dálmata, tuvo que interrumpir su trabajo.