David Manning



Todos hubieran querido una crítica suya. Veía lo que otros no, encontraba fantástico lo que otros comentaristas consideraban atroz. El crítico de cine de The Ridgefield Press, un periódico de Connecticut, dijo de The Animal, “another winner!”, y de Heath Ledger, el protagonista de A Knight's Tale, “this year's hottest new star!”. En los carteles promocionales de otras películas muy castigadas por las críticas (Hollow Man, Vertical Limit, The Patriot), aparecieron benévolos comentarios de David Manning. Todos son filmes estrenados entre 2000 y 2001; todos, de Sony. La superchería duró poco.

He visto todas esas películas y no son, desde luego, El Padrino, sólo típicos blockbusters; ninguna de ellas, empero, quebró, reventó la pantalla. The Animal es un mero producto de entretenimiento; el hilarante Rob Schneider debería intentar, por una vez, hacer una buena película, como otros cómicos. Lo que más me gustó de The Animal fue la inocente Colleen Haskell.

A Knight's Tale es una historia muy ingeniosa, en la que Paul Bettany, si se me permite, rompió una de sus primeras lanzas; Shannyn Sossamon estaba muy bien. The Patriot es una historia entretenida de la revolución americana; al menos aparecía una de mis actrices favoritas, Joely Richardson.

La caída de Paul Verhoeven continuó en Hollow Man; lo tenía todo para triunfar en Starship Troopers –se basaba en una maravillosa y divertida novela–, pero le salió una película extraña, grotesca, de la que sólo se salva la espléndida Dina Meyer. Hizo bien en irse de Estados Unidos y rodar en su país El libro negro; Carice van Houten, la pelinegra, magnífica. Lo mejor de Hollow Man fue, sin duda, Elisabeth Shue; lo peor, que esta actriz tuvo que esperar diez años para poder hacer otro papel medio decente.

No sé lo que le hicieron decir al apócrifo Manning de Vertical Limit. Guardo un grato recuerdo de esa película, me gustó mucho, me impresionó: es casi una metáfora de mi vida. Robin Tunney, con ese aspecto de mujer frágil, me cautivó. Izabella Scorupco, mi actriz polaca preferida, tenía un pequeño papel: ¡qué bien estaba en A sangre y fuego! Al final, casi comprendo a Sony: tanto esfuerzo, tanta ilusión puesta en un filme para que luego un crítico que quizá ve diez o quince estrenos cada semana, cuya capacidad de juicio está atorada, la masacre en dos líneas.

David Manning era falso, falso en ese mundo de la falsedad que es el del cine. Lo único criticable de todo el asunto es que utilizaran el nombre de un periódico real. En cualquier caso, me parece que Sony se sobrepasó: The Animal, another winner? Come on man!




(Al menos, el falso Dave Manning ha servido para un buen fin: recordarme a algunas de mis actrices favoritas. Claro, que también me ha hecho darme cuenta de que muchas veces acudo a la sala de cine por motivos espurios, subreales.)