Estadísticas

Se supone que las estadísticas ayudan a conocer la situación real de un Estado, para llevar a cabo politicas en función de los resultados. Así lo entendió Necker, que fue el primer ministro de Finanzas francés que publicó los presupuestos. Ahora se cree que sus comptes eran bastante fiables, pero muchos franceses tomaron los números como un mero conte.

Aquí, en España, las estadísticas vienen a mostrar los números que quieren los políticos que muestren. Ya a finales del siglo XIX un escritor inglés, Wentworth Webster, se quejaba de que no podía fiarse de los guarismos españoles. "In most European nations the official returns and government reports may be accepted as trustworthy, and the compiler has little more to do than to copy them; but in Spain this is far from being always the case."

Hoy en día, ocurre otro tanto. El problema está en que el Gobierno español tiene que rendir cuentas a los burócratas de Bruselas. Estos conocen bien el valor de esas estadísticas: el paro está siempre por debajo del real, el PIB es superior, el déficit está maquillado y la deuda pública está lejos de parecerse a la real.

—Estos españoles mienten aunque no tengan necesidad —suelen mascullar los bruselenses.

Algunas veces se llega a lo absurdo. Así, las estadísticas de accidentes de tráfico sólo tienen en cuenta a los muertos en el momento del accidente, mientras que en Europa se consideran los fallecidos dentro del primer mes.