El País



Durante años, el mejor periódico en España. Representante de una izquierda hearstiana moderada: los radicales tuvieron que fundar Público. Me gustaba manducar sus páginas culturales los sábados por la mañana, mientras tomaba un lento café. Sigo guardando decenas y decenas de amarillentos suplementos culturales. 


Ahora, El País es poco más que un nombre, como la Constantinopla del siglo XV, una fachada, una reliquia de otra época. Se está convirtiendo en un periódico sin periodistas. Los últimos están siendo lentamente despedidos.