¡Este hijo mío! |
¡Este hijo mío! Tengo que decírselo. ¡Qué demonios! Estoy harto de que me diga que no tiene tiempo para esas cosas. ¡Si yo hago todo el trabajo! Ya no podrá ponerme más excusas. Es necesario. Tiene que seguir la tradición. Eso es lo que le voy a decir: todos hemos tenido amantes. El único que no tuvo una fue Carlos II, y era un engendro. Van a pensar que sus hijas no son suyas o que es un pervertido, como el duque de Brabante. Tiene que buscar alguna mujer. Hay tantas que querrían estar con él. Hasta Cori me ha dicho que es muy guapo; quizá trataba de darme celos… Tal vez ella podría hablar con él. Se encargaría del problema. Seguro que conoce a alguna baronesa que se volvería loca por estar con él. ¡Este hijo mío! Ya no podrá ponerme más excusas.