Paracuellos


“Matar a un hombre no será nunca defender una doctrina, será siempre matar a un hombre.” Esto es lo que escribió Sebastián Castellio en el siglo XVI. Aquí, en España, algunos siguen sin entenderlo. Durante la guerra civil, sobre todo en los inicios, miles de personas fueron asesinadas de manera indiscriminada. Parece, sin embargo, que sólo hubo asesinatos por parte de un bando. Es más, se ha llegado a la perversión de condenar los asesinatos de un bando mientras se justifican los del otro utilizando los argumentos más extraños. Por ejemplo, Santiago Carrillo llegó a decir que Franco era el responsable de Paracuellos, “porque fueron él y los otros sublevados quienes pusieron patas arriba el Estado republicano”. Historiadores como Julián Casanova utilizan argumentos análogos.

Al menos nos queda el consuelo de que en España, en la España de la guerra civil, hubo gente que pensaba como Castellio. Melchor Rodríguez, sucesor de Carrillo en Orden Público, detuvo las matanzas. Incluso estuvo a punto de ser linchado cuando acudió a una cárcel para impedir que la multitud matara a los presos allí encerrados. "Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas", decía. En España, durante la guerra civil, lo más habitual era tristemente lo contrario.