Prontuario dei nomi locali dell'Alto Adige



A finales del siglo XIX, el nacionalista italiano Ettore Tolomei (1865-1952) comenzó a defender la idea de que las fronteras del norte de Italia debían estar constituidas por la divisoria de aguas. La población de ese territorio, creía, había sido en el pasado latina; eran italianos que por un accidente histórico habían perdido su lengua materna.

Tolomei escaló, en 1904, el Klockerkarkopf, montaña de los Alpes tiroleses. Afirmó ser el primer escalador y la llamó Vetta d'Italia (Cumbre de Italia). En realidad, dos escaladores austriacos, Franz Hofer y Kogl Fritz, ya habían alcanzado aquella cumbre en 1895. Tolomei dio tanta publicidad a su hazaña que posteriormente el presidente Woodrow Wilson llegó a creer que el Tirol del Sur era una tierra italiana.

Era evidente que la toponimia del territorio era alemana por lo que Tolomei se puso a la tarea de inventar 12.000 nuevos topónimos. Para ello tradujo los nombres alemanes, los italianizó, utilizó nombres procedentes de la toponimia latina, adaptó palabras en ladino. En 1916 publicó el Prontuario dei nomi locali dell'Alto Adige.

En 1915, Italia se dejó convencer por británicos y franceses para declarar la guerra al Imperio austro-húngaro. Cuando llegó la capitulación alemana y austriaca, los italianos no se sintieron satisfechos con el botín alcanzado. De todos modos, por el Tratado de Saint-Germain-en-Laye, recibieron Istria, Trieste, algunas islas dálmatas y, vae victo, el Tirol del Sur. Los topónimos de Tolomei se convirtieron en oficiales.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Hitler, que no quería enemistarse con Mussolini, intentó que la población del Tirol del Sur se trasladara a los nuevos territorios orientales. Más tarde, después de la capitulación italiana, anexionó el Tirol del Sur al Reich alemán. El territorio se convirtió de nuevo en italiano en 1945.

En la actualidad, la población sigue siendo en su mayoría germanófona.